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domingo, 23 de enero de 2011

Gabriel Brau: Catalán de oro...

        En un viaje a mi amada España el verano del año pasado, compré una revista de fotografía en una estación del tren, en La Coruña. Fue en esa revista donde conocí a Gabriel Brau, uno de los fotógrafos más prestiogiosos en España quien es sin duda una importante referencia fotográfica de la actualidad, con premios y reconocimientos que transcienden mas allá de su tierra natal. Sus formidables trabajos en blanco y negro son piezas únicas que rebasan el perfecto manejo de la escala de grises,  donde cobran fuerza los platinados matices que hacen vivas las sufridas estampas que habitan un continente inhóspito, sediento y a la vez prolífico en detalles de vidas que parecen fuera del mundo que conocemos, pero que a la vez defienden un espacio único en el planeta. 
          No pierdan de vista a Gabriel Brau, y para los afortunados residentes de la Madre Patria, no pierdan la oportunidad de disfrutar de los cursos y conferencias que dicta este extraordinario maestro de la fotografía, de quien indudablemente hay mucho que aprender.

                                                                                                              Carina Rodríguez.
             
              Algunas extraordinarias imágenes de su trabajo "Luces de Africa"








Comentario:
Esta imagen en particular es una de mis favoritas, no sólo por el trabajo en la técnica fotográfica, sino por la imagen protectora que refleja el regazo materno y la lectura de las manos que acunando tanto dicen. El disfrute en el niño del alimento esencial: amor, contacto, entrega. Toda esta maravilla sucede entre la miseria material, las carencias humanas, la indolencia del resto del planeta, y lo maravilloso es, que sucede. Yo que soy defensora ferviente de la lactancia materna, creo que esta es la imagen más convincente para cualquier mujer sobre el valor y la importancia de este acto. No cabe duda de que el amor  y el contacto materno son mas alimenticios que una lata de polvo patentado.






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Grandes exponentes del siglo XX: Man Ray

Man Ray, Emmanuel Rudzitsky, nació en Filadelfia el 27 de agosto de 1890 y murió en París el 18 de noviembre de 1976.
Este artista comenzó siendo pintor, pero con los años iría incorporando diversas artes a su repertorio. Man Ray es considerado pintor, fotógrafo, escultor y cineasta.



Toda su obra fotográfica  puede definirse como fascinante y desconcertante a la vez.
Una imparable mezcla de invención, juego y goce.


No es difícil imaginar a Man Ray divirtiéndose realmente cuando fotografiaba, ya fuese con ese afán de alquimista en el que consistían sus rayogramas (fotografía sin cámara) o en esos desnudos fetichistas solarizados.



La fotografía se convierte en un mero pincel al servicio de su búsqueda de la belleza en lo cotidiano.

'Hay tantas maravillas en un vaso de vino como en el fondo del mar', que le dedicaría Paul Eluard.



Trata, como si fuese un pionero, de descubrir nuevos caminos en el mundo del arte, y tanto, que ha sido él, pintor, el máximo responsable de que la fotografía sea considerada como una de las bellas artes.



Intuitivo y emocional su obra se reparte entre bodegones y naturalezas muertas por un lado y retratos -de los personajes más significativos de la época que le tocó vivir- y desnudos protagonizados por mujeres fatales por otro.



Retratos que aparte de su valor documental, son concebidos como una reflexión cercana a lo psicológico del personaje, acentuando su tratamiento formal para acercarse a él.



Sus objetos, en los que podemos incluir los rayogramas, con composiciones muy estudiadas, transcienden de lo cotidiano para tomar vida propia y formar parte de un mundo onírico, en el más puro estilo surrealista, en el que las cosas no son lo que son. No se trata de fotografiar la realidad sino de recrearla.



Desnudos, casi teatrales, que nos presentan, en perfecto equilibrio, a mujeres llenas de atractivo sexual, pero que entran a formar parte de un juego compositivo.



Fotógrafo enigmático desde su nacimiento, no se sabe muy bien su apellido, hasta su muerte, ya que por su expreso deseo no se puede publicar su epitafio.


Para conocerlo deberemos viajar a París y en el cementerio de Montparnasse, aclarar el misterio.
En definitiva un fotógrafo peculiar. Trabajador incansable e inquieto, que ha dejado su influencia hasta nuestros días.
De ello tenemos un ejemplo en el fotógrafo madrileño Chema Madoz.


Comentario: Fernando del Río Ojuel




sábado, 22 de enero de 2011

Enfocarse en los detalles....

 Pequeños detalles como un velo, un color, un gesto o un contraste en la iluminación pueden dar lugar a la creación de una imagen interesante. Los momentos de preparación para un evento, suelen estar llenos de estos detalles muy personales para sus protagonistas y sus familiares más cercanos, por eso no perder esta oportunidad para capturar imágenes  se traducirá al final de la jornada en la obtención de tesoros invaluables para ofrecer junto con las fotografías más tradicionales. Ello le aportará frescura al resultado de nuestra labor visto en conjunto.