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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tocando Fondo…



Celebrando 10.000 visitas Blogeras….

Por: Carina Rodríguez R.

 fotografía: Carina Rodríguez R.

Dice Paulo Coelho… “Somos seres preocupados por actuar, hacer, decidir, prevenir. Siempre estamos intentando planear alguna cosa, concluir otra, descubrir una tercera. No hay nada erróneo en ello: al fin de cuentas, así construimos y cambiamos el mundo.”

Nada más acertado. Es sencillamente el quehacer humano, el propósito, el fin, la meta que alcanzar, hasta el logro a ser perfeccionado  ya que cuando hemos llegado, sentimos que podemos hacerlo mejor. Y  es que no hay mayor placer en el recorrido hacia una meta que “…el deleite del bosque sin senderos”.

Así comparto  el sentimiento de quien siendo abogado cambió el papel sellado por el fotográfico, los divorcios por las bodas, pero aun se encuentra en el camino, ese camino que tiene espinas y rosas. Los éxitos y fracasos son un buen termómetro para el caldo profesional en el que vas nadando. Un día nuestros hijos responderán a la insolente interpelación de ¿Qué quieres ser…? con una sola palabra…. “fotógrafo”. Ello cuando logremos enaltecer esta profesión y darle el justo valor que merece. Muchos  hemos encontrado en la fotografía una segunda casa. Es frecuente escuchar… “Yo soy ingeniero, abogado o periodista… pero me dedico a la fotografía…” nunca viceversa. Ojalá, un día sea viceversa, pues sin entrar a las palabras bonitas sobre  lo loable, artística, hermosa, etc,,, realmente esta  es una carrera de sacrificios importantes tanto a nivel intelectual como personal, que merece tanto respeto como la que se nos antoje calificar  "la mejor" de las profesiones.

No todos los días son de gloria y mucho menos al comienzo. Hoy con lágrimas contenidas, pensaba yo que debía vender todas estas cosas que he ido comprando y tal vez hacerme de un buen maletín para volver a la vorágine de mi mundo de leyes que nadie cumple, todos violan y yo estudié para explicar el por qué de esa situación. En verdad fue uno de esos días grises en los que el tiempo pasa lento, los teléfonos no suenan y las preguntas se amontonan. Justo en ese momento en que abres el armario para buscar la cobija mas gruesa, la que tape mejor la luz, entró un mensaje telefónico de alguien, un amigo fotógrafo a quien envié un pequeño portafolio. Su mensaje decía: “…que bellas tus fotos!!!! Te felicito!!!!! Vamos a estar en contacto!!!”.  Yo no sé si eso ocurrirá, la experiencia te lleva a contener la ilusión en muchos aspectos de la vida para no recorrer esa montaña rusa que en ocasiones te lanza de la cima del cielo al sótano 5 en un abrir y cerrar de ojos, pero si puedo decir que todo eso vale la pena vivirlo. Tan sólo una buena apreciación sobre tu trabajo, cuando es sincera se torna en todo un síntoma inequívoco de que estas en el camino correcto. En palabras de Yeats, “Mis antiguos sueños me inspiraron, no se hicieron realidad,  pero me alentaron”.

Siempre habrá quienes piensen que no es elegante ni conveniente expresar como en un “querido diario” todas aquellas cosas inconfesables que nos van sucediendo en el intento de alcanzar nuestras metas profesionales, en parte porque sería como exponer nuestras debilidades, nuestro verdadero yo, nuestro yo de domingo empijamado a un gran hermano que desconocemos y que de seguro vomitará toda clase de juicios, como dardos inciertos apuntando directamente a las imprecisiones de la realidad. Después de todo, ¿qué es la realidad?, si cada quien tiene y defiende la propia. Pero a este cuento de compartir lo mundano por sobre lo exquisito, me rindo ante la verdad y prefiero llegar a quien comienza como pude haberlo hecho yo, con cámara compacta en mano y sensación de “ama de casa desesperada”, buscando un nuevo rumbo, pero, y repito “pero”, con la certeza de ese no se qué, esperando la primera señal de luz verde para comenzar esa metralla de clicks que ya no se detendrá jamás.

Este artículo es simple. Solo quiere decirles a todos mis compañeros que aman la fotografía, que sienten que el reloj se detiene cuando pegan su ojo del visor, que pueden hacer click hasta que su dedo no se sienta y hasta que su corazón diga “esta es la foto”, que pueden vender libros viejos, ropa usada y hasta besos en mercado libre para darle un plus a su equipo de turno, que sí, que esa fuerza es la que nos mantiene en el camino correcto, que es ella la que nos hará encontrar  nuestro propio y único espacio dentro del mundo de la fotografía. Que es difícil toparse a la gente correcta, a la gente buena, pero es una certeza su existencia. Que hay momentos en los que sentimos que estamos solos y definitivamente lo estamos, pero que esa soledad es una dieta necesaria que nos hará emprender esa primera desesperada, inquieta y única carrera previa al vuelo del parapente que tal vez nos conduzca hacia el Roraima o en el mejor de los casos nos abalance sobre unas latas viejas a orillas del Guaire, para invitarnos al próximo y necesario relanzamiento.

De manera que hoy les hago una invitación a ese lugar donde solo cada uno de ustedes puede llegar. A su encuentro con el “si quiero” de la fotografía. Nadie va a guiarles en el camino mas allá de lo necesario, solo ustedes pueden buscar las pistas, seguir el rumbo, ensayar y errar, caer y levantarse, si después de todo ello quieren seguir… es hora de continuar.

Así lo creo.