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jueves, 21 de abril de 2011

Meditando nuestro "shoot"... (Dedicado a mis compañeros del Diplomado de la Asociación Venezolana de la Fotografía (Avecofa)

Cuando estamos iniciándonos en el mundo de la fotografía y comenzamos a familiarizarnos con nuestros equipos, en ocasiones las ventajas que nos ofrece la fotografía digital, tomando en cuenta que podemos hacer un número ilimitado de disparos sin pensar en tener que revelar todas nuestras fotografías, condiciona de cierta forma nuestro proceder en cuanto a una falta de concentración mayor en los pasos que seguimos para controlar y obtener un resultado determinado. En otras palabras, disparamos múltiples tomas tal vez con pocas variaciones apoyados en el consuelo de que alguna de estas será satisfactoria y que nuestros costos no se incrementarán por ello. 

Sin embargo, olvidamos que en ese proceder nos estamos habituando a realizar fotografías menos pensadas, por llamarlas de alguna forma, que cuando tenemos el compromiso de procurar que una sola toma sea la mejor.  También el uso de programas (photoshop, ligthroom, etc o la posibilidad del disparo en RAW), dan cierta libertad en cuanto a los posibles errores o aberraciones que puedan presentar nuestras tomas.  De manera que, contando con tantos recursos técnicos, no es difícil que nuestra mente se habitúe a un cierto nivel de comodidad y ello no sería cuestionable si tuviésemos una sólida voluntad de apoyarnos en estos recursos como complementarios de nuestro trabajo inicial (la toma ejecutada bajo el entendimiento y buen manejo de los elementos esenciales) tales como el manejo de la luz, la exposición, el ISO, la profundidad de campo, la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y también el encuadre, el balance de blancos y otros elementos que actualmente nos ofrece la tecnología digital.

También es importante explorar  sin limitaciones. Explorar sobre los temas, las áreas de nuestro interés y  enfocar nuestras prácticas hacia ellos.  Hay quienes se fijan una meta, puede ser pequeña o ambiciosa, pero por ejemplo, tomar una fotografía al mes o a la semana, y hacer de ello un compromiso, un reto dentro de un tiempo determinado, seis meses, un año. Esto puede resultar en un ejercicio interesante si se hace con ánimo de mejorar o perfeccionar los conocimientos que vayamos adquiriendo. Esta pequeña actividad puede ayudarnos a visualizar nuestros avances en el transcurso del tiempo a la par de comprometernos con nosotros mismos en nuestra superación profesional, ya que a fin de cuentas estoy convencida de que en el ámbito profesional uno debe mantener una constante y permanente competencia sí, pero consigo mismo, por ser cada día, cada mes y cada año mejor. Superarse a sí mismo y no mirar hacia los lados.

Así pues, el fotógrafo que se inicia en esta hermosa senda, debe estar atento a la importancia de absorber los conocimientos básicos de la fotografía e irlos profundizando, utilizando de manera inteligente las facilidades que ofrece la tecnología digital. Caso contrario, la asimilación de los conocimientos necesarios será mucho más lenta y obviamente no tendrá control sobre  la calidad de las imágenes.

Otro aspecto a tomar en cuenta, salvo que en una imagen estemos trabajando  aspectos de la edición con fines artísticos determinados y no para corrección, es que el tiempo que consideramos ahorrado en la rapidez con que hacemos las tomas cuando se realizan de forma poco meditada, es el equivalente inverso del tiempo que emplearemos en la selección y posterior corrección de ellas, por tanto, también en este sentido vale la pena un esfuerzo inicial y que de seguro nos resultará más enriquecedor.

Como puesta en práctica podemos ensayar una idea a la hora de hacer nuestras próximas tomas y es pensar que tenemos que revelar todas estas capturas. De esta forma instintivamente terminaremos concentrándonos un poco más en el control de los distintos factores que debemos dominar para obtener un resultado óptimo.

Por último, es importante cultivar grandes dosis de paciencia. A veces podemos caer en el error de pensar en la fotografía como un oficio o un hobby  que se ejecuta rápido.  Muy por el contrario, debemos ejercitar el momento de la fotografía como un paréntesis, en el cual todos nuestros sentidos deben estar concentrados. Puede ser que en ocasiones nuestros objetivos fluyan de manera dinámica y que en otras ocasiones no ocurra del mismo modo. A veces, todo es esperar. Esperar…. La mejor luz, el mejor movimiento, la expresión capturada que nace y muere allí en tan solo un instante… en fin. La paciencia va de la mano de la fotografía y ello es algo que debemos internalizar.



Escrito con mucho cariño para mis compañeros del Diplomado de la Asociación Venezolana de la Fotografía a la cual tengo el orgullo de pertenecer.

Carina Rodríguez.

2 comentarios:

  1. Excelente nota Carina, concuerdo contigo.

    No conocía tu blog, pero ya me hice seguidora ;)

    Un saludo

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  2. Buenas conclusiones y recomendaciones, estoy seguro de que llegaras lejos, porque haces las cosas con amor y este es lo unico que mientras mas damos, mas tenemos. Dios te bendiga.

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